Ing. Jorge Reyes

Hace varios años un amigo chetumaleño que realizó sus estudios de ingeniería industrial en la ciudad de Querétaro (por los años 90´s), me comento que uno de los políticos del momento le dijo que regresara a Chetumal para aplicar sus conocimientos. Mi amigo le contesto, “si me gustaría, pero en Chetumal no hay industrias”; “no te preocupes, las construimos”, fue la contundente respuestadel funcionario (claro, nunca se cumplió esa promesa). A excepción del ingenio azucarero en la zona centro y sur de Quintana Roo, no existen industrias, es una sociedad prácticamente preindustrial (es una consideracióntriste, ya que en estos momentos el mundo vivelos inicios de la cuarta revolución tecnológica).

Durante los últimos años, en varias publicaciones de las redes sociales me encuentro que los chetumaleños señalan “queremos que nuestra ciudad sea tan grandiosa como lo fue antes”. Yo, al preguntarles a qué se refieren, no encuentro una respuesta.¿En verdad hubo un esplendor de la ciudad?Si lo hubo, entonces, necesariamente debió de dejar algunos beneficios palpables, sin embargo, existe poco desarrollo en términos de tecnología, tanto social y gubernamental. Intentemos identificar qué es lo que fue la era dorada de Chetumal.

El esplendor de Chetumal, parece ser que se vivió durante el periodo de comercio de importación que se dio bajo el decreto del 30 de junio de 1972, el cual otorgó la categoría de zona libre para Quintana Roo, cuya vigencia fue hasta el año de 1993. Esta modalidad impulso un crecimiento elevado en servicios, principalmente en las ciudades de Dziuche (municipio de José María Morelos y Chetumal). Trailers, camiones y compradores, principalmente del centro y sur del país, llegaban todos los días para surtirse de productos de importación como ropa, víveres, juguetes, entre otros, que luego vendían en sus ciudades de residencia. Enormes ventas y mucho “cash”, compra y venta al por mayor, también grandes fiestas y viajes, es lo que cuentan sus protagonistas. Hay dos historias paralelas a este auge económico, una fue el arribo y crecimiento de “servicios nocturnos” para los comerciantes que pernoctaban en la ciudad y también para sus habitantes, la otra lo fue la desatada e indiscriminada corrupción en las aduanas y retenes militares.

Que es un soplo la vida. Que veinte años no es nada. Que febril al mirada” (tango popular). La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio, significó enormes ventajas de importación y venta para comerciantes y empresarios de todo el país, pero perjudicó de manera significativa la economía de Quintana Roo, particularmente la de Chetumal, cuyo sustento era precisamente la venta de productos de importación, permitidaantessolo en las zonas libres. Así, al poderse adquirir productos de importaciónen cualquier parte del país, la economía de Chetumal y de otros puntos del estado se colapsó. Los veinte años de ser zona libre se esfumaron.La era de comercio concluyó y con ella la sociedad quedo “desamparada”.

¿Qué sucedió con esa riqueza económica proveniente de la situación de ser zona de libre comercio? ¿a dónde se fue esa gran cantidad de dinero proveniente de la compra-venta? Un hecho es cierto, para la generación de nueva riqueza en Chetumal no se utilizó. Durante la aparición de los comerciantes, en la Edad Media, alrededor del siglo XV, el dinero obtenido del comercio, podía ser invertido para generar más riqueza, podía ser utilizado para hacer nuevos negocios, por ejemplo.

Con el comercio, en varias regiones del mundo, inevitablemente se desarrollaron las ciudades. Las ciudades, históricamente han crecido en donde el comercio se expandió. En la historia de las ciudades de nuestro país y el mundo, el capital económico les permitió ascender a otro estado de desarrollo, en varios niveles. El dinero obtenido en Chetumal no creo un mecanismo de crecimiento económico, ni mucho menos social. No sé ve el impacto económico de esa época dorada;Chetumal sigue siendo un área geográfica con rasgos de una sociedad preindustrial.

De manera general, veamos un poco que ha sucedió con la historia reciente. En distintas partes del país y del mundo se ha utilizado la educación para la generación de conocimiento que contribuya, entre otras situaciones a generar y construir valor económico: esto no ha sucedido en la zona centro y sur de Quintana Roo. Esto lo vemos en otras situación que son dinero ocioso, no genera valor económico. De eso se trata en las inversiones de incrementar el valor económico y social. Uno de los símbolos de Chetumal es su boulevard, desde hace varias administraciones gubernamentales se le ha “inyectado” enorme cantidad de dinero, pero no ha contribuido a la generación de valor.

Otra obra impulsado con enorme furor fue la megaescultura (para muchos monumento a la corrupción), en donde todos los gobiernos le han invertido un poco más de 200 millones de pesos Varios de los funcionarios de la época dijeron que esta obra se iba a comparar con la Torre Eiffel o con las Pirámides de Egipto. Chetumal, una ciudad con baches en cada centímetro de las calles.

¿Por qué se le inyecta una enorme cantidad de dinero a infraestructura que no está generando ningún tipo de valor? ¿dónde está el reclamo de la sociedad que desea prosperidad para su comunidad? Una respuesta es que el gobierno lo tiene atados al salario gubernamental. Cualquier tipo de reclamo al gobierno es sinónimo de despido. Así, le bajan la moral y autoestima al ciudadano. Una sociedad que percibe como se malgasta el dinero sin poder reclamar, pues recibe el salario del gobierno.

En los próximos añosviene un escenario interesante para Chetumal y toda la región sureste con el Tren Maya, unproyecto que pretende tener un enorme impacto social, económico y ambiental. Lo hemos dicho en varias ocasiones y la experiencia en varias regiones del mundo lo confirma: la infraestructura hacia una economía de bajos o medianos ingresos (como Chetumal y la zona centro y sur de Quintana Roo) antes de que haya mercados y capacidades suficientes para usarla, si puede dar como resultado grandes y hermosos resultados, pero también se puede convertir en dolorosorecordatoriode lo que alguna vez pareció la construcción de algo esplendoroso.¿Qué hacer ante este inminente proyecto?

Necesariamente el Tren Maya debe de estar conectado estratégicamente con los recursos actuales y potenciales, tanto humanos como materiales, de la región, con la implementación de innovaciones creadoras de mercados. Existen al menos quince áreas de oportunidad, de calidad nacional e internacional, en la zona centro y sur de la entidad que pueden facilitar tan ansiado desarrollo integrador.Las oportunidades están prácticamente listas para ser aprovechadas, pero para verlas, tenemos que hacerlo desde una nueva mirada. También tenemos que hacernos nuevas preguntas, tener claro lo que deseamos para nuestro bienestar. Olvidémonos de la fatiga causada por los malos gobiernos y emprendamos una nueva ilusión.

Sobre el autor:
He sido coordinador y director de proyectos sociales y científicos en Quintana Roo y en la Península de Yucatán.  he colaborado con organizaciones internacionales y he sido profesor e investigador en varias universidades.