“Con todo respeto, no necesita un ginecólogo, necesita un psiquiatra”: este mensaje junto con  la imagen de una persona transgénero a la que identifican como Jessica Yaniv, se hizo viral en poco tiempo al profundizar su presunta historia: “una abogada transgénero canadiense alega discriminación porque un ginecólogo rechazó tratarla al tener genitales masculinos”.

Desde su posición como abogada y activista, la canadiense ha intentado emprender acciones legales de unos meses hasta ahora, ya que asegura que no es la primera vez que sufre un episodio similar.

Recientemente, Yaniv demandó a la estética “Bikini Wax access” por no querer depilarla por tener genitales masculinos.

En 2018 había presentado quejas contra 13 salones de depilación y trabajadoras autónomas.

De acuerdo con la activista, los profesionales se negaron a darle una cita al saber que era transgénero, lo que consideró una discriminación.

El tribunal falló a favor de las esteticistas, señalando que no estaban entrenadas para depilar los genitales masculinos y no consintieron en hacerlo. Finalmente se le castigó con pagar 2.000 dólares canadienses a cada una de las tres esteticistas.

Yaniv, es muy conocida en el mundo LGTBQIA+ por luchar por los derechos de las mujeres «trans».

Nació biológicamente como hombre –Jonathan– pero con los años se sintió identificada con género femenino y debido a su profesión lucha para que ella y las mujeres como ella tengan los mismos derechos que las mujeres de procedencia biológica.

En el caso actual, el problema es otro, y va dirigido a los profesionales del sector sanitario, en concreto, a los ginecólogos, ya que uno de ellos se negó a atenderla porque “no atendían a pacientes transgénicos”.

Yanin publicó la situación en Twitter y comentó estar “conmocionada, confundida y dolida”.

«Así que un consultorio ginecológico al que me refirieron literalmente me dijo hoy que `no atendemos a pacientes transgéneros’», escribió.

También añadió después que el cuerpo médico, incluidos los ginecólogos, forman parte de un equipo que debería relacionarse tanto con pacientes no binarios y transgéneros.

La situación no tardó en difundirse en las redes sociales a toda velocidad.

Las críticas –mofas incluidas– se multiplicaron y Yaniv suprimió los tuits. Poco después el doctor que se negó le explicó en un Twitter que necesitaba atención psicológica, pues era imposible hacerle entender que como ginecólogo, no podía hacerle una exploración debido a que ella posee órganos masculinos, por lo tanto debía de ir con un proctólogo.

A pesar de lo anterior, ella mantiene un juicio en contra de él, que podría durar varios meses más. De ganarlo, tendrían que atenderla y pagarle 2 millones de dólares.