Lastimosamente algunos jóvenes que llegaron recientemente al lugar maltrataron algunas de las flores, con la intención de llevárselas.

¿Te imaginas caminar entre girasoles sin tener que salir de Quintana Roo? En el kilómetro 22.5 de la Carretera Bacalar- Reforma se ubica el rancho “Perssa”, en donde una pareja sembró 10 hectáreas de estas enormes y vistosas flores.

Rubén Pérez Bahena y su esposa Patricia Savedra se hacen cargo de un campo experimental del cual cosecharán semillas para la producción de aceite comestible.

Sin embargo, el proceso incluye el crecimiento de estas flores amarillas que han convertido el lugar en un parador turístico y en dos semanas ha sido visitado por alrededor de 250 personas de Cozumel, Chetumal y los alrededores de Bacalar.

La entrada es gratuita, el único requisito es no destruir las flores, ni llevárselas.

“Pásale, tómate las fotos que tú quieras, pero no los arranques, ya empezaron a arrancarlos y la verdad es como tristeza porque al final deben de respetar, porque te doy la confianza. Pasa haz lo que quieras, tomarte fotos, pero no destruyas”, comparte Patricia.

La floración dura hasta abril, después viene la etapa de la cosecha.

La pareja reconoce que sabe poco del campo, sin embargo se han animado a experimentar y empezaron con la siembra de maíz, producción que perdieron debido a la falta de una buena cadena de comercialización.

“A veces se desanima uno, porque luego no hay quién te compre (…) cuando sembramos regalamos el maíz porque no había ni quién lo sacara”, reconoce Rubén.

En esta ocasión, apostaron a los girasoles; esperan obtener dos toneladas de producción, cada una de las cuales pretenden vender en 30 mil pesos.

Y para poder mantener este ritmo productivo aspiran a obtener financiamiento para adquirir el equipo que se requiere para almacenar las semillas, tema que hasta el momento han resuelto al asociarse con empresas que sí lo tienen.

“Sí se requeriría un poquito más de que el gobierno volteara para acá, para ver que nos que diera créditos; y no créditos perdidos, no, nosotros lo pagamos”, comenta Rubén, 

“No imaginábamos que íbamos a hacer esto, de verdad, no somos de campo, pero estamos apostando todo por el campo”.

Lastimosamente algunos jóvenes que llegaron recientemente al lugar maltrataron algunas de las flores, con la intención de llevárselas.