CANCÚN, MX.- Una familia en Cancún continúa buscando justicia y reparación del daño luego de la trágica muerte de Elizabeth del Socorro Rodríguez Chávez, una mujer de 80 años de edad que fue atropellada el pasado 17 de mayo por un autobús de la empresa Autobuses de Oriente (ADO).La mujer murió unos días después en el hospital.

Hasta el día de hoy, las autoridades no han brindado la debida atención a este caso, dejando un sabor amargo de impunidad y falta de humanidad.

Elizabeth, a pesar de su avanzada edad, demostraba un espíritu inquebrantable al seguir siendo estudiante en la Universidad del Sur. 

Después de haber trabajado a lo largo de su vida en periódicos como el Diario de Novedades de México, Diario de Yucatán y Novedades de Quintana Roo, se había convertido en una pensionada del IMSS. Sin embargo, su vida fue truncada de manera abrupta debido al trágico accidente.

El hecho ocurrió cuando Elizabeth fue atropellada por el autobús de ADO, conducido por Ángel Alberto Chan Castro, cuyo número económico era 5880 y tenía placas de circulación 03HA6W. A pesar de la gravedad de las lesiones sufridas por la anciana, la Fiscalía no acudió al hospital para evaluar su estado de salud el día del accidente. Solo después de su fallecimiento, el 21 de mayo, cuando era necesario entregar el cuerpo a los familiares, las autoridades decidieron tomar acción.

La falta de respuesta por parte de la empresa ADO ha sido una fuente de indignación para los familiares de Elizabeth. La compañía no ha emitido ninguna declaración sobre el accidente y se ha negado a asumir la responsabilidad por las acciones de su trabajador. Más preocupante aún es la aparente pasividad de las autoridades, que parecen estar solapando esta situación por tratarse de una empresa influyente.

Además de la falta de justicia, los familiares también señalan que el conductor responsable fue liberado el mismo día del accidente, a pesar de la obligación de permanecer bajo custodia hasta que se repararan los daños ocasionados. El hecho de que el conductor fuera liberado refuerza la percepción de que la empresa ADO no tiene interés en asumir las consecuencias de sus actos.