En mayo, una veintena de padres de familia pidió ayuda al Geavig, debido a la rebeldía de sus hijos menores de edad. 

Adela Jiménez Izquierdo, directora del Grupo Especializado en la Atención a la Violencia Familiar y de Género, en Cancún, explicó que el principal problema que detectaron en esas llamadas de auxilio es que los hijos tomaban una actitud rebelde cuando sus padres intentaban corregirles el comportamiento. 

“Tenemos hasta cuatro casos a la semana de adolescentes con mala conducta; son los que atendemos, que son agresivos, que se enfadan, se portan de manera desafiante hacia los adultos, que están aislados, que quieren estar todo el tiempo en los dispositivos electrónicos. Los papás de alguna manera ya no saben qué hacer con ellos”, comentó. 

Pero este es, más bien, un problema de estructura, pues los padres no revisan lo que sus hijos están consumiendo en Internet, en redes sociales o cuáles son sus videojuegos preferidos, muchos de ellos con contenido violento. 

“Los papás no vigilan el contenido y ellos desconocen los juegos y lo que sus hijos hacen o se meten. Es muy necesario vigilar lo que consumen, tanto en las redes, como en alguna página de Internet. Es muy importante restringir el acceso a los menores. Muchas veces dejan a los padres el acceso a todo en los celulares”, señaló. 

La titular del Geavig reveló que ha habido casos en los que el menor sale de su hogar, en un acto de rebeldía, y es hallado deambulando. 

“Los niños optan por comportamientos violentos rebeldes y después no hacen caso, hasta se salen de casa”, dijo. 

Adela Jiménez Izquierdo recordó el caso de dos menores que fueron localizados abriendola los clientes las puertas de una tienda de conveniencia en la supermanzana 259. Por ese “trabajo” ellos estaban pidiendo dinero, pero fueron canalizados al DIF y afirmaron que se habían salido de su casa por enojo en contra de sus padres. 

Al menos son tres las regiones de Cancún en donde se han registrado más atenciones por rebeldía de los hijos. En primer lugar, está el fraccionamiento Villas Otoch Paraíso, en la 259, seguida de las regiones 221 y 235, todas en el norte de la ciudad. 

“El número de casos en la 259 es mayor. Allí primero estamos atendiendo de raíz a todas las familias, incluso, por eso optamos por dejar una base permanente en el fraccionamiento en donde los niños reciben atención psicológica con profesionales en la materia”, detalló. 

La funcionaria informó que las mamás son las que más piden ayuda al Geavig y son ellas las que denuncian a sus hijos para que los lleven y sean atendidos por expertos. 

“Las mamás, sobre todo, son las que han pedido más ayuda en estos temas. Nos llaman a nosotros, porque no saben qué hacer con los niños. Nosotros activamos los protocolos y de inmediato damos orientación psicológica, jurídica y para lo que se necesite”, afirmó. 

¿DÓNDE PEDIR AYUDA? 

Si tienes hijos rebeldes, puedes llamar al 911 o al 998 888 8921, del DIF de Cancún. 

¿QUÉ ES EL GEAVIG? 

El Grupo Especial de Atención a Víctimas de Violencia Familiar y de Género es parte de la estructura de Seguridad Pública y su objetivo es ofrecer atención psicológica, legal y de asistencia social, para atender casos de auxilio por violencia familiar, abuso sexual, violación, maltrato infantil además de apoyo en abandono de menores o extravíos de personas. 

¿QUÉ HACER CON HIJOS REBELDES? 

No respondas con enfado ante su comportamiento. 

Recuérdale que te preocupas por él o por ella y que ese comportamiento no es el apropiado. 

Explícale lo que esperas de él o de ella. 

Dale un tiempo para pensar.  

Si te alteras, es conveniente que también te des un rato para reflexionar. 

Una vez que te tranquilices, recupera el control de la situación. 

Establece normas básicas para solucionar el problema. 

Cuando te pida algo de malos modos, no le cumplas sus deseos hasta que lo pida correctamente. 

Si le contestas mal cuando no responde a tus expectativas, lo más probable es que él o ella haga lo mismo, por imitación. 

Si tiene un mal comportamiento en un lugar público, mantente al margen y, cuando lleguen a casa, hablen en privado de manera calmada, afrontando el problema con tranquilidad, sin espectadores. 

Una buena forma para eliminar contestaciones desagradables, especialmente si se prolongan durante un tiempo, es elogiar a nuestro hijo o hija cada vez que se comporte de una forma agradable y correcta.