CHETUMAL, 9 de febrero. – La Secretaría de la Defensa Nacional (SDENA) dio a conocer detalles del operativo exitoso, donde se realizó la liberación de un ciudadano estadounidense que fue ilegalmente privado de su libertad por un grupo de taxistas. Este rescate fue llevado a cabo por el Séptimo Regimiento de Caballería Motorizado de la XXXIV Zona Militar, en medio de la selva de Felipe Carrillo Puerto. El hombre había sido sustraído de su domicilio particular en el poblado de Limones, municipio de Bacalar, el 4 de febrero del 2024.

El 6 de febrero, elementos de la SEDENA se encontraban en un puesto militar de seguridad ciudadana en el entronque de la carretera Noh-Bec – Petcacab, Felipe Carrillo Puerto, cuando recibieron información de ciudadanos locales. Estos reportaron la presencia de un taxi del municipio de Tulum introduciéndose en una brecha con tres individuos armados a bordo.

Siguiendo los datos proporcionados, los militares verificaron la información y encontraron a aproximadamente 100 metros del lugar a un hombre con las manos, pies y ojos encintados. Tras identificarse como elementos del Ejército, brindaron los primeros auxilios al sujeto, identificado como Joseph Buonincontri, de nacionalidad estadounidense, quien relató haber sido privado de su libertad por individuos desconocidos.

Durante la operación de rescate, se encontraron objetos que podrían estar relacionados con el incidente, incluyendo una cartera con identificación oficial, una bolsa con marihuana, un chaleco táctico y cartucheras con dos cargadores abastecidos para arma larga R-15.

El ciudadano rescatado, junto con los objetos encontrados, fue trasladado a la subsede de la fiscalía general del Estado en el municipio de Felipe Carrillo Puerto para ser puesto a disposición del ministerio público y continuar con las investigaciones pertinentes.

Fue entonces que relató que el pasado fin de semana llegó a la zona centro de Quintana Roo contratado por una empresa que planea realizar un inversión inmobiliaria. Cuando realizaba mediciones del área, fue abordado por un grupo de taxistas que le exigieron su documentación.

Al negarse los taxistas lo golpearon acusándolo de trabajar para la DEA. Fue entonces que se lo llevaron al monte con el afán de torturarlo para así sacarle información.

Afortundamente para él, los militares llegaron a tiempo ahuyentando a sus captores, quienes dejaron sus cosas tiradas.