Ayer, Sergio Morales, acusado por arrojar a un perro a un cazo con aceite hirviendo en el municipio de Tecámac, fue detenido en casa de uno de sus familiares cuando se le cumplió con la orden de aprehensión por el delito de maltrato animal y, de acuerdo con lo dicho por el mismo imputado, el día de los hechos se encontraba en estado alcohólico.

Pasado el mediodía de hoy, la fiscalía mexiquense obtuvo una segunda orden de aprehensión contra Sergio, por el delito de homicidio calificado en grado de tentativa contra el dueño de la carnicería “Chucky”, en el municipio de Tecámac.

También se descubrió que es expolicía capitalino y se ganaba la vida extorsionando a los negocios locales.

Por esta segunda razón es que el carnicero comentó que Sergio arrojó al animal que finalmente murió. Entrevistado en Foro Tv, el comerciante declaró que el expolicía entró al local, ebrio, y le dijo al carnicero que “cerrara en media hora porque si no vas a valer mi… y mira, esto es para que no te hagas” y aventó al perrito al cazo.

Tras las acciones de Sergio, Roberto, un niño de 11 años y dueño de Scooby, contó que “escuché un grito y lo vi, nada pude hacer por salvar a mi perro, me regresé a mi casa a decirle a mi mamá”.

La madre de Roberto, Lucía Martínez, pidió que se haga justicia por el crimen del perrito:

“Yo pido que se haga mucha justicia, que bueno que lo agarraron, le pido mucho a Dios que se haga mucha justicia por un perrito inocente que no tuvo la culpa” dijo entrevistada afuera de su vivienda localizada muy cerca de la carnicería.

Sergio podría pasar hasta 12 años en la cárcel.