En la localidad de San Isidro, Argentina vecinos comenzaron a escuchar los gritos desesperados que resonaban en la calle Vélez Sarsfield, sobresaltados, se asomaron a sus ventanas solo para descubrir una escena que se volvió aterradora: en ella se podía ver a un hombre se aferraba a una reja, suspendido en el aire y bajo la lluvia.

Este sujeto, identificado como Daniel Candia, alias “La Chula”, estaba en una situación desesperada tras un intento de robo que lo llevó a quedar atrapado en una posición dolorosa. 

El individuo, de 37 años de edad y con un historial delictivo, ya había sido condenado por robo en el año 2016. Sin embargo, volvió a delinquir y lo llevó a intentar nuevamente ingresar a una vivienda ajena en busca de objetos de valor.

Pero en esta ocasión, el destino y el clima conspiraron en su contra. La lluvia convirtió el suelo en un terreno resbaladizo, y mientras intentaba esquivar los obstáculos para alcanzar su objetivo, resbaló y terminó empalado en una reja de hierro, suspendido en ella y gritando por ayuda.

Los gritos de auxilio despertaron la atención de los vecinos cercanos, quienes, entre la sorpresa y la cautela debida, se acercaron al lugar para encontrarse con la escena sangrienta. Algunos decidieron acercarse al ladrón atrapado para asegurarse de que su vida no estuviera en peligro y tras confirmar su estado de salud, solicitaron ayuda a las autoridades pertinentes.

Llamaron al 911 para que las autoridades pudieran hacerse cargo, una patrulla fue la primera en presentarse en la zona de forma inmediata. Al confirmar que necesitaba más ayuda, los Bomberos acudieron al lugar para intervenir, ellos fueron quienes asumieron la tarea de rescatar al ladrón de su comprometida posición. Entre maniobras delicadas y el desafío de la altura, los rescatistas lograron liberar a Candia de su aprieto y lo trasladaron a un centro médico cercano para recibir atención adecuada.

A pesar del dramatismo del incidente, los informes médicos tranquilizaron a todos los implicados al confirmar que las lesiones no eran de gravedad y que su vida no corría peligro. Sin embargo, su odisea apenas comenzaba. La justicia, representada por el fiscal Gastón Garbus, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Descentralizada de Martínez, tomó cartas en el asunto.

La imputación por hurto agravado en grado de tentativa se sumó a la ya existente condena por robo, marcando un nuevo capítulo en la historia delictiva de este individuo. El fiscal, basándose en la evidencia disponible y en la clara intención del delincuente de cometer un nuevo acto criminal, solicitó la detención del criminal al Juzgado de Garantías de San Isidro.