Una banda de 23 mujeres fue desarticulada en el principal destino turístico mexicano. Se les conoce como “las coquetas”: mujeres que utilizaban sus encantos para seducir a adultos mayores y así quitarles sus pertenencias.

“Al chile uno es hombre y tiene necesidades, pero esto no se vale: me quitaron todo lo de mi pensión del Bienestar”, dijo don Aurelio, una de las víctimas de este grupo de féminas que las denunció, luego de que lo amarraran a una cama para quitarle 4 mil 300 pesos que había retirado de su apoyo federal, echándolo después a patadas.

Don Aurelio, de 67 años, menciona que a su edad es un hombre solitario que de vez en cuando acude a conocida zona rosa de Cançún, cerca de la Zona Hotelera. Pero en esta ocasión quiso “ahorrar” una parte de lo que siempre gasta en estos servicios así que se dirigió a otra fuente de servicios en el Crucero.

En ese lugar encontró a una de las Coquetas, Luisa N, de 18 años de edad, quien le hizo una propuesta que no podía rechazar: mil pesos por dos horas con ella y sus dos hermanas. Don Aurelio de inmediato aceptó, pues era una ganga comparado con los 5 mil pesos que usualmente gastaba.

Pero en lugar de un momento de alegría a don Aurelio lo amarraron prometiéndole una nueva experiencia. Después lo despajaron de todo y entre siete chicas lo sacaron a patadas.

Cuando llegó la policía se llevó a 23 mujeres y a sus cómplices. Se presume más víctimas, pero la mayoría de ellas se niega a denunciar debido a que expondrían su infidelidad.

Sin embargo por los otros cuatro acusadores se descubrió que estas féminas tenían entre sus principales víctimas a hombres de la tercera edad, aprovechando que son menos propensos a defenderse.

Lamentablemente las Coquetas no duraron ni 24 horas en la cárcel, debido a que un juez ordenó liberarlas pues no fueron detenidas en flagrancia.

Esta decisión fue duramente criticada por don Aurelio, quien dijo que mientras las autoridades dejan libre a sus agresoras, el se quedó sin dinero para poder comprar comida en lo que resta del mes.

Mientras que la policía municipal, como única medida coercitiva, se limitó a colocar una patrulla en la entrada de esta zona para alertar a los posibles consumidores de que podrían ser víctimas de un delito.

Increíblemente los agentes mencionaron que esto no fue suficiente para retenerlos, pues aún con las advertencias los adultos mayores continúan aventurándose en este lugar.