En una revelación que ha sacudido las plataformas digitales, Yeri Mua, influyente creadora de contenido con más de 12 millones de seguidores en Instagram, ha puesto bajo el foco a Fofo Márquez, un youtuber autoproclamado “millonario”, por conductas altamente cuestionables y potencialmente ilegales.

La influencer ha acusado abiertamente a Márquez de manipular bebidas para seducir a mujeres, un acto que ella describe como desesperado y repulsivo.

“Es un tipo ardido que no me la pudo meter, pero que soporte, ni con todos sus millones se lo quieren co6e5, ni Karely (Ruiz), ni yo, ni otras, por eso le anda echando cosas a las bebidas a muchachitas”, declaró Mua en su mensaje contra Fofo Márquez.

“Nadie se quiere acostar con él, le tienes que estar echando cosas a las bebidas a ver si jalan, y ni así“, agregó llena de indignación.

Fofo Márquez no es ajeno a la controversia. Antes de esta acusación por parte de Yeri Mua, el influencer ya estaba en el centro de la polémica tras ser arrestado por agredir salvajemente a una mujer, y su posterior vinculación a proceso por tentativa de feminicidio.

Este incidente anterior sugiere un patrón de comportamiento que despierta alarmas sobre su conducta y la influencia que puede ejercer sobre sus seguidores y personas cercanas.

Yeri Mua no solo compartió su experiencia y la de otras con sus seguidores, sino que también expresó su deseo de que Márquez sea investigado y sancionado por sus acciones.

“Tu sabes que no soy la única que sabe de las cosas que haces. Ojo con lo que haces, ojo cab4rn. Sigue burlándote de mi, que el día que te metan a la cárcel, yo me burlaré de ti”, advirtió la influencer.

El caso de Yeri Mua y Fofo Márquez resalta la necesidad imperativa de una vigilancia más estricta sobre las actividades de las figuras públicas, especialmente en plataformas que ejercen una influencia significativa sobre jóvenes y adolescentes.

La responsabilidad de estas personalidades no solo se limita a la creación de contenido, sino también a asegurar que sus acciones en la vida real permanezcan dentro de los márgenes de la ética y la legalidad.