El huracán Ian impactó en la parte occidental de Cuba el martes por la madrugada dejando una estela de destrucción debido a los fuertes vientos. Se pronostica que en las próximas horas atravesará la isla en dirección norte para avanzar hacia Florida.

El meteoro azotó con ráfagas de 208 kilómetros por hora, señalaron expertos a medios locales, en la pequeña localidad de San Juan y Martínez, donde se produce uno de los mejores tabacos del mundo pero es relativamente poco habitada. La pared del ojo penetró por las inmediaciones de una playa llamada La Coloma, en la provincia de Pinar del Río.

Las autoridades locales habilitaron 55 refugios, enviaron personal médico y de emergencia y tomaron medidas para proteger alimentos y otros cultivos en los almacenes de la región tabacalera, según medios estatales.

La industria tabacalera protegió pasturas y semilleros, así como casas de secado. Pinar del Río concentra el 80% de la producción de la isla.

Se pronostica que su salida se producirá en las inmediaciones de Puerto Esperanza para continuar con rumbo norte al final de la mañana. El ojo del ciclón pasó por encima de la ciudad cabecera, Pinar del Río, donde estaba despejado (fenómeno característico del eje de los ciclones) antes de incrementar dramáticamente su fuerza.

Por la mañana el NHC lanzó un aviso público indicando que Ian estaba “embistiendo el oeste de Cuba con vientos fuertes y marejadas ciclónicas amenazantes para la vida”. Se encontraba a 15 kilómetros al noreste de la ciudad de Pinar del Río y 240 kilómetros al suroeste de Dry Tortuga con un movimiento de traslación de 19 kilómetros por hora.

Ian pasa sin cobrar víctimas mortales

En un recuento provisional no se reportaron pérdidas de vidas humanas, pero las autoridades informaron afectaciones en viviendas con voladura de cubiertas ligeras, depósitos de agua y caída de ventanas, al tiempo que los servicios eléctricos y telefónicos estaban cortados en un 100%. Los daños materiales se calculan en 40 millones de dólares.

Unas 50 mil personas, residentes en zonas bajas o costeras, habían sido evacuadas preventivamente la víspera. La residente y comunicadora social Fátima Rivera describió en su cuenta de Twitter las primeras horas de luz como “un amanecer desolador”.

En La Habana llovía de manera intermitente desde la madrugada y se sentían ráfagas de viento algo fuertes. Los pescadores sacaron el lunes sus botes del agua a lo largo del emblemático malecón, mientras los empleados municipales estaban ocupados limpiando los drenajes en anticipación a las fuertes lluvias.